sábado, 11 de agosto de 2012

CRITICA SALUDABLE

El verano es una época del año donde se aprovecha para tomar el sol y refrescarse mediante un buen baño en la playa, en la piscina, etcétera, y con helados y bebidas bien fresquitas con el objetivo de soportar las altas temperaturas. Muchos turistas eligen las costas valencianas para disfrutar del sol y de la playa, y un lugar de destino es Cullera. Soy vecina de Cullera y me encanta mi pueblo. Hay diversas actividades de ocio y tiempo libre para que la gente del pueblo y los turistas se diviertan, como, por ejemplo, aerobic al aire libre, rutas por los distintos museos del pueblo, diversión para los jóvenes, etc., y me gusta que se hagan este tipo de actividades para distraer a la gente. 
Pero hay otros aspectos que no me gustan nada. Por ejemplo, Cullera es una ciudad turística, para que la gente venga a disfrutar del pueblo y deje en él economía, pero se ha convertido en una población fantasma porque se viene únicamente a descansar. Si el turismo que viene a Cullera lo que quiere es descansar, que se vayan a pueblos de interior como Bronchales, Cuenta, Albacete, etc. Y, aparte, lo que tampoco me parece bien es que toda la hostelería que existe en Cullera sólo quieran abrir y trabajar exclusivamente los meses de verano (desde junio hasta septiembre) y que estén cerrado desde octubre hasta mayo, con las ganancias que han obtenido en verano. 
El último aspecto que odio muchísimo es que Cullera reciba seis o siete banderas azules por tener playas de máxima calidad (que yo sepa hay por lo menos cinco o seis playas desde el Brosquil hasta el Faro, pasando por el Marenyet, y que todas deben estar superlimpias, sin cañas y sin matorrales de hierbas) y que vengan turistas de otras poblaciones a dejar suciedad en la playa, ya que ni tan siquiera tiran la basura a la papelera. Además la empresa de limpieza de Cullera sólo se dedica a limpiar la playa de San Antonio, como si esa playa fuera la única que tiene Cullera, mientras el resto de playas están abandonadas, llenas de escombros y malas hierbas. 
El Ayuntamiento de Cullera debería tomar ejemplo de ciudades como Gandia, que prestan servicios a todas sus playas por igual y ofrece un gran abanico de actividades y comercios donde la gente puede pasar unas agradables vacaciones dejando beneficios para el pueblo.


Irina Agras Baena. Cullera.

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