Cullera aun conserva restos de la muralla que defendió la ciudad, fue construida en la época modernista (Siglo XVI).
Su construcción se remonta al año 1550-1555, por orden Real, para proteger la Villa de Cullera de los ataques piratas del lugarteniente de Barbarroja, el “pirata DRAGUT”.
A partir de la década de los años 50 del siglo XIX, momento de un gran impulso urbanístico, según hemos podido consultar en las Actas Municipales, se siguen las directrices como en la Ciudad de Valencia, tomando la decisión, provincial y municipal del derrumbe de las murallas, aludiendo que favorecería unos conceptos de higiene, al tiempo que evitaría actos de delincuencia y que proporcionaría jornales para el proletariado de la clase trabajadora.
Al estar ante una construcción Real declarada Bien de Interés Cultural y el deterioro de la misma, la Concejalia de Patrimonio dirigida por Manuel López, solicitó una subvención a la Excma. Diputación Provincial de Valencia, a través del Diputado y Alcalde de Cullera Ernesto Sanjuán, del proyecto de recuperación/consolidación de los lienzos conservados en el tramo norte y que precisaban de un tratamiento, que considerábamos de urgencia, dadas las características de degradación del mampuesto.
La restauración y tratamiento lo ha realizado la arqueóloga cullerense Magda Monraval y se ha ceñido a un saneamiento y consolidación en la cara exterior y en la cima de los restos conservados, de los lienzos indicados para conseguir una mayor estabilidad en la muralla y una mejor conservación futura.
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