El tramo costero entre la desembocadura del Xúquer y la de l'Estany, en Cullera, se ha reducido en 32 metros en el último medio siglo. El Marenyet, como se conoce a esta zona, registra una tasa media de regresión de 0,64 metros al año, según un estudio coordinado por la Universitat Politècnica de València. Este tramo, que tiene 2,8 kilómetros de longitud, sufre en la actualidad una regresión del 100%. La playa del Brosquil, al sur del término, también se encuentra amenazada por la erosión.
Son muchos los vecinos de la zona que aún recuerdan la extensa franja arenosa que existía hace unas décadas y que ha quedado reducida a un montón de rocas que actúan de dique de contención. El volumen total erosionado, según el estudio coordinado por la Universitat de València, es de 84.186 metros cúbicos al año de media, mientras que las aportaciones realizadas de modo natural apenas ascienden a 4.991 metros cúbicos, lo que supone unos 79.195 metros cúbicos de media perdidos cada año.
Según estos cálculos en el último siglo, la playa del Marenyet ha visto como el mar engullía unos cuatro millones de metros cúbicos. Ese es el volumen de arena que tendría que depositarse de nuevo para que la playa recuperara el aspecto que tenía en los años 60. Los autores del estudio Análisis de los problemas erosivos de la costa valenciana concluyen que todo el frente al sur de la desembocadura del Xúquer se encuentra en regresión "con un volumen de perdida importante" que no logra subsanarse con aportaciones artificiales "y tampoco con los aportes del río Xúquer, que únicamente en situación de avenida pueden considerarse como potencialmente efectivos", señalan.
Para los expertos no hay duda. La presencia de diversas obras de defensa, actuaciones de regeneración apoyadas en alimentación artificial, trasvases desde la desembocadura del Xúquer y la presión urbanística le confieren cierto grado de "conflictividad" a la franja costera al sur de Cullera.
Aportaciones periódicas de arena
El año pasado, el Ministerio de Medio Ambiente realizó una aportación de 20.000 metros cúbicos de arena a la playa del Marenyet, un volumen de arena que se extrajo de las playas situadas al norte de la desembocadura del Xúquer en las que ocurre la situación inversa. Sin embargo ese sistema de regeneración artificial de la costa apenas surte efecto ya que el mar engulle las actuaciones y el dinero que cuestan cuando se produce el primer temporal. En 2008, la playa del Marenyet recibió otra aportación de 48.300 metros cúbicos, según el ministerio de Medio Ambiente.
Costas rechaza todas las alegaciones de los propietarios de la zona
La demarcación de Costas dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino rechazó en su día todas las alegaciones que le plantearon los propietarios del Marenyet. En 2008, representantes del ministerio ya visitaron las edificaciones afectadas e informaron a los propietarios del grado de afectación que supondrá el deslinde, especialmente en jardines y terrazas e incluso en una parte de las edificaciones. La delimitación que supondrá el deslinde, es decir la nueva línea de dominio público marítimo-terrestre, deja en zona de servidumbre decenas de propiedades. Los dueños plantearon que primero debe restaurarse el litoral para dejarlo como estaba hace unas décadas y posteriormente tramitar el expediente de deslinde ya que la afectación entonces no sería la actual. Se apoya en que la regresión de la playa tiene como origen las obras que ha realizado la Administración del Estado con la construcción de la escollera de la desembocadura del Xúquer. Para muchos vecinos, el deslinde queda justo junto a sus propiedades. Este diario se puso en contacto ayer con la Demarcación de Costas para conocer en qué situación se encuentra el expediente de deslinde, aunque al cierre de esta edición no se había producido respuesta.
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