miércoles, 18 de agosto de 2010

INSULTOS PARA ALIVIAR LA CRISIS

El propietario del "bar de los insultos" de Cullera quiere exportar la idea con una "gira" por varias ciudades

"Señor, es usted tan orejón que parece un 600 con las puertas abiertas" o "Señora, ¿sabe en qué se parece su marido a un caracol? En que va siempre arrastrado y lleva cuernos". Estos son algunos de los insultos "cariñosos" que según Bernard Skrok, propietario del bar Casa Pocho de Cullera, podrán escucharse en el espectáculo festival de los insultos que prepara y con el que quiere realizar una gira a partir de septiembre por diferentes recintos de Valencia, Almería, Madrid y México.
"El 70% de la crisis sólo existe en la cabeza de los valencianos, y queremos que la gente se desahogue fuera de casa y lleve la coyuntura económica de otra manera", afirma el propietario.
Según Skrok, la idea fundamental sobre la que trabaja está basada en 14 personas sobre un escenario que increparán al público asistente y viceversa durante un show de cuatro horas de duración y en el que el sentido del humor y el respeto serán las principales características.
El objetivo de esta iniciativa es conseguir que la gente se descargue fuera de casa de las tensiones acumuladas y, por otra parte, destinar el dinero recaudado en la taquilla a cubrir los gastos y el resto sería para alguna organización sin ánimo de lucro. "No quiero nada para mi. Sólo quiero hacer feliz a la gente", manifiesta el inspirador del proyecto.
Bernard Skrok inauguró hace más de un año el denominado " bar de los insultos" de Cullera donde, sin altercados, los improperios entre clientes y camareros son los protagonistas de las tardes durante todo el año. Los insultos más originales son premiados con una cerveza y tapas gratis.
Se trata de una iniciativa pionera en España que ha tenido buena acogida entre los vecinos de Cullera y en otros puntos de España. "Incluso vienen curiosos del extranjero que nos han conocido por internet o a través de algún medio de comunicación. Ni yo mismo me creo el éxito que está teniendo nuestra idea", subraya Skrok.
Ahora sólo queda conocer si la acogida de la gente hacia este "festival de los insultos" será tan positiva como la que tiene cada tarde en su bar y descubrir así si mediante improperios "cariñosos" y sentido del humor este empresario polaco ha descubierto una sencilla fórmula para liberarse de la carga psicológica de la coyunturaa actual.
algo temerario diria yo no??

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