El pescado sobrante que no llega al precio mínimo para su venta en la lonja podrá comercializarse fuera si se pesa y etiqueta. Es el acuerdo al que llegaron ayer las tres cofradías de pescadores de la provincia, Gandía, Cullera y Valencia, con el subdelegado del Gobierno, Luis Felipe Martínez, después de visitas diarias de agentes de la Guardia Civil, que les impedían llevarse las capturas sobrantes, el conocido como rancho, para su venta fuera de subasta, y poder así redondear el sueldo.
En una nota remitida por la Subdelegación se explica que se ha llegado a un acuerdo que consiste en la aceptación de que el pescado sobrante pasará por la lonja del puerto de Valencia antes de ser comercializadas. «Allí se pesarán y se etiquetarán y luego se pondrán a la venta», concretó Luis Felipe Martínez. El patrón mayor de la cofradía de Valencia, José Ramón Domingo, se mostró satisfecho tras llegar a este punto de entendimiento que permite acabar con una situación insostenible para los pescadores que se inició el pasado 28 de febrero. «Aunque no se hacía antes, pesaremos el rancho y lo etiquetaremos», cedió Domingo tras la reunión, donde también estuvieron presentes los patrones de las cofradías de Cullera y Gandia.
Abuso de autoridad
Extrañó mucho la decisión de la Guardia Civil de presentarse cada día en la lonja del puerto para confiscar las capturas sobrantes, un tipo de pescado que no alcanza el precio mínimo en subasta y los armadores deciden comercializar fuera. Desde el 28 de febrero los agentes pusieron especial empeño en que nada se vendiera fuera de subasta, e incluso un armador denunció a la Benemérita por abuso de autoridad y un parte de lesiones. «Ahora han cambiado de opinión», admitió el patrón mayor, que hoy tendrá una reunión con los pescadores para explicarles el contenido de la reunión.
Sorprende, sobre todo, que en el comunicado de la Subdelegación de Gobierno se hayan ofrecido a «mediar y ayudar» a la cofradía «dado que la venta y la comercialización es competencia de la administración autonómica y de la administración local en su caso». El patrón mayor de los pescadores rebatió ayer que la Conselleria de Agricultura «nos ha ayudado en todo momento y se ha puesto de nuestra parte, sobre todo la directora general de pesca, Amparo Montoro». José Ramón Domingo ha aceptado cerrar este capítulo y espera que no haya más problemas con la Benemérita.
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