miércoles, 12 de octubre de 2011

CULLERA DESAFIA A LA CRISIS

 El Ayuntamiento de Cullera sacó este lunes a exposición pública el proyecto del Programa para el Desarrollo de Actuaciones Integradas (PDAI) de la zona de la Vega-Port, más conocido como ‘el Manhattan de Cullera'. Pese a la crisis económica y la incertidumbre sobre el futuro, el consistorio, que preside con mayoría absoluta Ernesto Sanjuán, del PP, sigue adelante con el proceso de urbanizar 610.340 metros cuadrados de suelo situados en el margen este de la desembocadura del Xúquer sobre el que se construirán 35 rascacielos.
El proyecto se remonta a 2003, cuando el Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) y el Ayuntamiento de Cullera, ese año gobernado por el PSOE, firmaron un convenio para desarrollar urbanísticamente esta zona de la localidad. El entonces consejero de Territorio, Rafael Blasco, impulsó este plan que, por sus características peculiares, se convirtió en emblema de quienes criticaban el ‘urbanismo salvaje' al que se estaba sometiendo al litoral de toda España y, en especial en la Comunidad Valenciana.
Sin embargo, el rechazo de parte de la opinión pública al desarrollo de un PDAI que incluye 35 torres de gran altura en las que se concentrará la edificabilidad prevista, 410.144 metros cuadrados de techo, los principales problemas para sacarlo adelante llegaron por los informes negativos de la Confederación Hidrográfica del Júcar referentes a la insuficiencia de recursos para abastecer de agua a un proyecto que puede llegar a acoger a 22.000 nuevos habitantes.
Pese a ese dictamen desfavorable, la Comisión Territorial de Urbanismo de la Generalitat Valenciana dio el visto bueno al plan en diciembre de 2007 (con la única condición de que incluyese mejoras en los accesos por carretera al nuevo núcleo urbano), lo que dejaba vía libre a que el Ayuntamiento de Cullera aprobase definitivamente el plan e iniciase todo el trámite para que se convirtiera en una realidad.
La llegada de la crisis paralizó toda clase de proyectos inmobiliarios. En la Comunitat Valenciana hay decenas de zonas urbanizadas (con sus calles asfaltadas, sus farolas y sus zonas verdes, incluso con columpios) en las que no se ha construido ni un edificio en las parcelas que se crearon. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria destapó los problemas de las empresas inmobiliarias, con dificultades de financiación y una gran cartera de pisos por vender. Las promotoras echaron el freno en espera de tiempos mejores que, de momento, no se atisban.
UNA INVERSIÓN DE 93,16 MILLONES QUE DEBE PAGAR EL IVVSA

Pese a ello, el Ayuntamiento de Cullera sigue adelante con el plan. La exposición pública del proyecto, que incluye toda la urbanización de la zona, con la construcción de los viales, las acometidas de agua y electricidad, la reparcelación y distribución del suelo y del inmenso aparcamiento subterráneo proyectado, es un paso adelante en la materialización del ‘Manhattan' valenciano.
La envergadura de la actuación, que acometerá como agente urbanizador la Empresa Municipal Urbanizadora de Cullera (Emucsa), 100% municipal, supondrá una inversión muy elevada para los tiempos que corren en las administraciones públicas, con graves problemas de liquidez y de endeudamiento.
Según la memoria del PDAI, el coste de la urbanización ascenderá a 93,16 millones de euros. El presupuesto total del Ayuntamiento de Cullera solo superó un año los 30 millones de euros. La ventaja para el consistorio del turístico municipio de la Ribera Baixa es que no serán ellos quienes tengan que afrontar ese gasto. En virtud del convenio firmado en 2003, es el IVVSA el que debe financiar todas las actuaciones, quedando obligada la empresa pública dependiente de la Generalitat, a garantizar "la suficiencia económica con cargo a su presupuesto del ejercicio de 2009 y sucesivos mediante certificado", reza la memoria.
Así pues, la Generalitat, con graves problemas financieros y con recortes previstos en sus empresas públicas, tiene comprometidos al menos un centenar de millones en este proyecto inmobiliario en plena crisis.
LAS GRANDES PROMOTORAS VALENCIANAS ‘TENÍAN' EL SUELO
De la urbanización surgirán las parcelas que se repartirán entre los propietarios del suelo. En total 44 solares, de unos 3.300 metros cuadrados de media, que acogerán los 35 rascacielos, de los que cuatro se destinarán a vivienda protegida el 24% de los metros cuadrados de techo proyectados. El resto será libre. También habrá cuatro hoteles.
En la información disponible ayer en la web del Ayuntamiento de Cullera no constaba el anejo que recoge el listado de propietarios actuales del suelo. Sí se hace referencia en la memoria a la existencia de la Agrupación de Interés Urbanísitico La Vega-Port, vehículo utilizado por las principales promotoras valencianas para defender sus intereses en el proyecto.
Según las informaciones de 2007, los grandes del sector en la Comunitat Valenciana tenían importantes cantidades de suelo en la zona, acumulado durante varios años. Ferderico Ferrando, Andrés Ballester, Miguel Montoro, Juan Bautista Soler o las inmobiliarias Blauverd o Viseco, concentraban la propiedad. El IVVSA, tras la reparcelación, se quedaría con 169.325 metros cuadrados destinados a la construcción de un puerto deportivo.
Sin embargo, la memoria ahora presentada reconoce que "los titulares de este suelo han sufrido variaciones debido a las múltiples transmisiones de parcelas desde el momento de la constitución [de la AIU, en 1999] hasta el momento de redacción del presente documento". Las inmobiliarias han vivido en los últimos años notables cambios en su cartera de activos, fruto de la necesidad de obtener liquidez o de aportar avales a los bancos que soportan su deuda. También han sido muchos los casos en que las propias entidades financieras han acabado quedándose con el suelo a cambio de los préstamos.
La propiedad del suelo, ahora o en un futuro más o menos próximo, será esencial para la viabilidad del proyecto. El modelo de construcción proyectado, esas impactantes torres de veintitantas alturas, suponen una inversión notable que no puede ser parcelada, como ocurre con unos adosados al uso.
Habrá que esperar, en todo caso, varios años, para comprobar si este el movimiento de futuro del Ayutamiento de Cullera, retando a la realidad con su Manhattan particular.

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